domingo, 21 de mayo de 2017

Severus y yo

Aprovechando que algunos de mis alumnos en 2ESOC andan leyendo las aventuras de Harry Potter, he decidido volver al universo de P.K. Rowling tras cerca de diez años sin asomarme por él.
Ni que decir tiene que no han necesitado obligarme demasiado. Estoy disfrutando cada página y constato que las aventuras del hijo de Lili y James en sus siete años de enseñanza mágica han envejecido la mar de bien.

Me fascina la capacidad de la autora para enganchar a los lectores desde las edades más tiernas con unas historias que progresivamente, curso tras curso, van ganando en profundidad. Puede decirse que quien se acerca a Howarts con 10 o 12 años madura y crece conforme lo hacen los protagonistas de las novelas.

Adoro también los momentos cómicos de la serie, esas montañas de deberes y ese tío Vernom que parece una remolacha con bigote, por ejemplo. Y me chiflan los personajes secundarios que poco a poco enriquecen la trama. Una lástima que muchos de ellos se pierdan en las -por otro lado excelentes- versiones fílmicas.

Por suerte para todos los que se acercan a este mundo desde la pantalla, Alan Rickman fue capaz de regalarnos un Severus Snape tan potente y maravilloso como el de los libros.

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