Cuando trabajamos temas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible creo que es importante entender algo fundamental: Tanto la Agenda 2030 como los diecisiete puntos a los cuales dedicaremos nuestras fuerzas no han aparecido por arte de magia, como si los hubiera sacado de la chistera algún mago.
De esta forma, para iniciar el tema he tratado de remontarme a las raíces históricas que trae consigo la Idea de Europa. Una idea que se encuentra sumida en una profunda crisis. El germen de todo esto podemos rastrearlo en el arte, en nuestra historia. En reflexiones de pensadores como Emmanuel Kant, Jean-Paul Sartre o Hanna Arendt. Pensadores que ante problemáticas como la actual Crisis de los Refugiados se echarían las manos a la cabeza. Pensadores que hoy más que nunca han de ser reivindicados.
Por este motivo, la primera parada en este viaje por las "raices", o mejor dicho, por la justificación teórica de los Objetivos de Desarrollo Sostenible debe partir desde Kant. Es cierto que si hiláramos un poco fino podríamos remontarnos a otros compañeros suyos de la Ilustración... Incluso podríamos llegar al bueno de Sócrates, pero creo que el concepto de Ideal Regulativo propuesto por el filósofo prusiano es muy rico y propongo tratarlo en el aula como punto de partida. A la hora de abordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible con chavales de Educación Secundaria hemos de tener mucho cuidado de no caer en posturas "finalistas".
Como diría Kant, los Objetivos de Desarrollo Sostenible vendrían a ser un "fin en si mismo", es decir: no importa llegar a la meta ficticia, irreal, irrealizable. Lo que importa es encaminar nuestros pasos (nuestra vida) en un trayecto que siga estos 17 puntos esenciales para hacer del mundo un lugar mejor.
Machado, Kavafis, Hugo Pratt... Caminantes, Ítacas y Aventuras.
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