En clase no se dibuja Vol 2- Tira 14 |
Reconocer los propios errores es, para un chaval de Educación Secundaria, una tarea titánica. Pero claro: dentro del aula estamos para enseñarles a admitir sus fallos, para que aprendan de ellos y salven las adversidades. Ojalá lo hicieran todo bien. No haría falta siquiera corregir nada.
De alguna manera perversa, me asusta imaginar a mis alumnos llamando a los refuerzos para que vayan a cantarle las cuarenta a sus profesores universitarios (Y me cuentan algunos colegas que comienza a suceder)
Entre el "quiero hablar con tus padres" y el "mis padres vendrán a hablar contigo" media un camino muy corto. Un camino complicado, aburrido, difícil, cuesta arriba y lleno de curvas. Algunos lo llaman formación, otros lo conocen con el nombre de aprendizaje. Por desgracia, muchos deciden echarle la culpa a otro antes de comenzar a recorrerlo.
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