En clase no se dibuja Vol 2 - Tira 09 |
Innovar equivale a cambiar la mirada, a abrir las ventanas del aula para que entre aire fresco y un poco de luz. Cuando Aristóteles fundó el Liceo allá por el 336 a. C. su sistema se basaba en la clase magistral: El profesor habla y los alumnos atienden tomando apuntes sobre cuestiones de las que serán examinados.
A lo largo de los siglos, durante el resto de la antigüedad, la Edad Media, la Modernidad e incluso durante el desarrollo industrial del XIX las cosas, educativamente, siempre han sido iguales: El profesor habla y los alumnos atienden. De forma análoga ha sucedido durante todo el siglo XX y continúa sucediendo hoy en día. Nosotros, la pizarra y un trozo de tiza. Nosotros, los alumnos y unos cuantos exámenes sobre conceptos que olvidarán cuando entreguen el folio. Nosotros, la tecnología y fuentes de información (receptáculos de sabiduría) mucho más eficientes y seductoras: televisión, wikipedia, los videojuegos... En lo referente a mi asignatura, cualquier dato que mencione en clase pueden refrendarlo los alumnos con una simple visita a la red, ¿qué sentido tiene mi trabajo entonces?
Innovar equivale a esforzarse, a introducir en clase nuevas formas de trabajar, de evaluar, de impartir la docencia. Aprendizaje colaborativo, trabajo por proyectos, gamificación en el aula sin resignarnos a los contenidos mínimos y el desarrollo curricular de nuestras materias. Eso, claramente, está ahí. No podemos renunciar a ello.
Pero depende de nosotros hacer que sea atractivo.
Esta tira, dedicada por cierto, a mi ex-jefa de Departamento en el IES El Caminàs.
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